A veces apetece cambiar la forma de preparar la pasta. Uno se cansa de tomarla siempre a la carbonara, con bacon y nata o a la bolognesa. Uno de esos días, encontré esta receta en la página web "Recetas de Cocina", y la verdad que me gustó mucho y a mi familia también.
Ingredientes
- 200 g. de espirales de colores (100 gramos por persona)
- 2 calabacines
- 2 zanahorias
- 1 diente de ajo
- 1/2 vaso de vino blanco
- 1 grano de cayena
- Aceite
- Perejil
Preparación
Cocer la pasta para que quede al dente (con Argüiñano aprendí que en general es ponerla 8 minutos con agua hirviendo, pero depende del tipo de pasta).
Pelar y lavar los calabacines y las zanahorias.
Cortar los calabacines a ruedas finas y rallar con la ayuda de un rallador la zanahoria.
Rehogar en una sartén el ajo laminado y la cayena. Antes de que se quemen, retirar de la sartén y en ese aceite añadir la zanahoria rallada.
Introducir el calabacín una vez que la zanahoria esté hecha y verter el vino blanco. Esperar hasta que el vino se evapore y el calabacín esté en su punto (a mi me gusta que se quede blandito, pero podéis dejarlo al dente si lo preferís) evitando que se queme.
Sazonar y echar un chorreón de aceite virgen (como buena jienense no puedo evitar deciros que si es de oliva mejor que mejor). Picar perejil y añadir también.
Mezclar todos los ingredientes con la pasta, y listo! Buen provecho!
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